vampiros nocturnales
oigo el ruido de la ducha me acerco discretamente, y atisbo por la rendija de la puerta, disfruto espiandolo mientras se baña, cuando el se percata, me provoca descaradamente... es un juego realmente delicioso, pero hoy no se ha dado cuenta.
Veo difuminada su figura a través de la lampara, un menudo y delicioso cuerpo, capaz de enloquecer a la mas fria de las mujeres. Me quedo contemplándolo, mientras se acaricia con la esponja, sus delicados hombros, sus torneados muslos, sus orgullosos muslos , pausadamente, me desnudo en silencio y antes de que pueda percatarse, mis manos han asido sus pechos con suavidad y firmeza, su intento de gritar, es abortado por mis labios que se pegan literalmente a los suyos, sellándolos en un pacto de silencio.
El vapor inunda el baño, mi vientre se frota contra sus nalgas, y una tibia y poderosa
Corriente inunda todo mi cuerpo, mis dedos pellizcan delicadamente sus pezones, mientras sus pechos, se endurecen como jugosas y apetecibles naranjas. Ahora mis manos han bajado hasta su monte, suave, perfumado, y profundizan en su espesura que cede dócilmente a mis embates. Mi mano profundiza, buscando su tierno resorte, mientras mi niño , ya enloquecido se retuerce entre mis nalgas. El agua sigue acariciando nuestros desnudos cuerpos, y la temperatura no hace mas que subir, siento su mano enloquecida mientras se arrodilla y me acaricia con su sabia lengua, pero hoy solo deseo su placer, me siento en el borde de la bañera, y sumerje sus labios en mas profundidades mas cálidas, saboreamos nuestros jugos con indescriptible placer, mientras mi lengua descubre hasta sus mas íntimos rincones. Veo de reojo, como el dirige el chorro de cálido de la ducha hacia sus pechos, que se abreny c ponen firmemente maduros, el ambiente está cada vez mas caldeado.
A pesar de mis objeciones el ha asido mi báculo y lo acaricia con maestría hasta llevarme al borde del abismo, mi lengua enloquecida acaricia con infinita dulzura su centro de los placeres, hasta que todo el, me sumerge y me enerva, gritando y aprieto rítmica y salvajemente su sable que estalla enloquecido esparciendo su amorosa larva por todo su cuerpo, mientras sus temblores son acallados poco a poco por mis plácidos besos. Nos sumergimos en la bañera, y el jacuzzi comienza a relajar nuestros enfebrecidos cuerpos, cierro los ojos y siento como sus labios se posan dulcemente en los míos.... Por cierto, ¡¡creo que me deje abierta la puerta!!.
Veo difuminada su figura a través de la lampara, un menudo y delicioso cuerpo, capaz de enloquecer a la mas fria de las mujeres. Me quedo contemplándolo, mientras se acaricia con la esponja, sus delicados hombros, sus torneados muslos, sus orgullosos muslos , pausadamente, me desnudo en silencio y antes de que pueda percatarse, mis manos han asido sus pechos con suavidad y firmeza, su intento de gritar, es abortado por mis labios que se pegan literalmente a los suyos, sellándolos en un pacto de silencio.
El vapor inunda el baño, mi vientre se frota contra sus nalgas, y una tibia y poderosa
Corriente inunda todo mi cuerpo, mis dedos pellizcan delicadamente sus pezones, mientras sus pechos, se endurecen como jugosas y apetecibles naranjas. Ahora mis manos han bajado hasta su monte, suave, perfumado, y profundizan en su espesura que cede dócilmente a mis embates. Mi mano profundiza, buscando su tierno resorte, mientras mi niño , ya enloquecido se retuerce entre mis nalgas. El agua sigue acariciando nuestros desnudos cuerpos, y la temperatura no hace mas que subir, siento su mano enloquecida mientras se arrodilla y me acaricia con su sabia lengua, pero hoy solo deseo su placer, me siento en el borde de la bañera, y sumerje sus labios en mas profundidades mas cálidas, saboreamos nuestros jugos con indescriptible placer, mientras mi lengua descubre hasta sus mas íntimos rincones. Veo de reojo, como el dirige el chorro de cálido de la ducha hacia sus pechos, que se abreny c ponen firmemente maduros, el ambiente está cada vez mas caldeado.
A pesar de mis objeciones el ha asido mi báculo y lo acaricia con maestría hasta llevarme al borde del abismo, mi lengua enloquecida acaricia con infinita dulzura su centro de los placeres, hasta que todo el, me sumerge y me enerva, gritando y aprieto rítmica y salvajemente su sable que estalla enloquecido esparciendo su amorosa larva por todo su cuerpo, mientras sus temblores son acallados poco a poco por mis plácidos besos. Nos sumergimos en la bañera, y el jacuzzi comienza a relajar nuestros enfebrecidos cuerpos, cierro los ojos y siento como sus labios se posan dulcemente en los míos.... Por cierto, ¡¡creo que me deje abierta la puerta!!.
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