eternamente ausente
de mi vida,
de mi ruta,
de mi tiempo,
¿Por qué dibujo tu imagen
en los campos de mi mente
con tan nítidos fulgores,
con tan prístina belleza,
si no has de ser compañera
de mi alma,
de mis días?
¡Por qué sé de tu existencia
y muero de hambre
y de impaciencia?
¿Por qué esta larga agonía?
¿Por qué, si te necesito
como anhela la criatura
al mismo aire que respira,
no acudes a mi llamado
y curas con tus encantos
mi amarga melancolía?
S no has de venir a mi
¿qué caso tiene el saberte
tan distante,
inaccesible,
mi sueño amado, imposible,
única fuente en el mundo,
para mí, de la alegría?
Si no tengo duda alguna
de que estás en algún sitio
reservándome tu risa,
tu persona, tus momentos
¿Por qué se aleja en el viento
tu imagen y sólo queda
junto a mí terca esperanza
de que más tarde,
en el tiempo,
puedan llegar a fundirse
dos corazones gemelos,
dos vidas y un mismo aliento,
en celestial armonía?-