-----Llevo puesto tus dientes
maldita muerte.
comiendo tu carne condimentada;
piel salobre
por tus lágrimas a mis mordiscos
en cada ruego,
y te sacó los ojos en el primer grito en la penumbra
con la santa cruz que rechazaste
en el evangelio.
Sólo dejé los huesos roídos
para los perros hambrientos.
Regresas desde el inframundo al que te envié,
buscas venganza en los rincones de la noche
porque en el día no me ves.
En cada persona que te llevas,
convenciéndola con falsas promesas:
de la vida eterna,
siempre esperas que sea yo
para hacerme pagar por lo que te hice.
Tú sabes dónde estoy,
pero finges no encontrarme.
¿Por qué no has venido por mí?
acaso es por que yo
ya estoy muerta...