el espejo del vampiro

Glitter Words

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esta es mi voz la voz de un muerto desaparecido.o que tratas de dasaparecer en un leve alarido...

YO SOY TU MIEDO.
lo q en un momento no te atreves a decir,soy tu deseo incapas de repetir,el miedo interno;q con cerrar los ojos crees desaparecer.soy tu voz interna q no te atreves a escuchar.el susurro del viento.q te hace temblar.pero sobre todo soy aquel,que quisieras q difinitivamente no existiera ya...

¡Gracias por tu visita!

Bienvenidos: a la clohaca de nena krespuskula .no sean gachos ,dejen su firmita de ante mano gracias un beso kuidence  bye.....

       

martes, 9 de septiembre de 2008

CAROLINE


Caroline
_La novela de terror, representada muy a menudo por la clásica narrativa de horror sobrenatural de corte anglosajón, incluye elementos propios de la narrativa de ciencia ficción o la novela fantástica, de las que toma figuras sobrenaturales, como las propias del mundo de lo paranormal o la mitología (el vampiro, el hombre lobo, el monstruo y el ser mitológico maligno, el fantasma, el demonio, el zombie, la bruja...). En las obras más modernas se amplían los registros: los extraterrestres, la amenaza nuclear, la manipulación genética, e incluso los riesgos de la contaminación ambiental. De hecho, es frecuente que la fantasía, la ciencia ficción y el terror sean tratadas en conjunto, dentro de lo que se considera ficción especulativa, literatura de género.
En general, el público se siente atraído hacia este tipo de literatura por los característicos estímulos emocionales, insólitos, intensos y raros que insufla a la rutina diaria. En el plano fisiológico este tipo de obras proporciona un aceleramiento cardíaco y respiratorio que por lo general termina en un desahogo final.
Históricamente, el resorte del miedo en la novela de terror se dispara a partir de la irrupción de un elemento maligno sobrenatural en la rutina diaria de uno o varios personajes ordinarios, si bien en la actualidad las últimas tendencias del género han ido imponiendo poco a poco esquemas eclécticos mucho menos conservadores.
Una joven de dieciocho años, llamada Caroline, inspiró la más violentapasión a un hombre de edad madura, y como a los cincuenta uno es, según sedice, más enamoradizo que a los veinte —aunque con muchos menos mediospara complacer—, el herrumbroso pretendiente asediaba sin cesar a la jovenCaroline, que estaba lejos de corresponder a sus sentimientos. Pero estamuchacha cometió el más imperdonable de los errores: ponerle en ridículo yatormentarle, cuando debería haberse contentado con alejarse de él con frialdady decencia. Al cabo de tres años de perseverancia por una parte y de malostratos por la otra, el infortunado amante sucumbió a una enfermedad de la queaquel funesto amor fue en gran parte el origen.Sintiendo cercano su fin, solicitó, como último deseo, que Caroline sedignase al menos ir a recibir su eterno adiós. La joven rechazó tajantemente esteruego. Una de sus amigas, que estaba presente, le dijo amablemente que haríabien en conceder este triste consuelo a un infeliz que moría por y para ella. Susconsejos fueron inútiles. Vinieron por segunda vez a hacerle el mismo ruego,añadiendo que el enfermo solicitaba ver a Caroline más por el interés de ellaque por el suyo propio. Pero este segundo mensaje no corrió mejor suerte que elprimero.La amiga de Caroline, indignada por esta dureza hacia un moribundo, laacució con más energía y le reprochó su coquetería y malos procedimientoshacia un hombre a quien al menos podía ofrecer un instante de piedad comoexpiación. Caroline, cansada de tales impertinencias, consintió finalmente demuy mala gana y dijo: —Vamos, llévame a casa de tu protegido: pero sóloestaremos un momento, te lo advierto, no me gustan ni los moribundos ni losmuertos.Las dos amigas partieron finalmente. El moribundo, al ver entrar aCaroline, hizo un último esfuerzo y tomó la palabra con voz apagada: —Ya nohay tiempo, señorita —dijo—, me habéis negado con crueldad la dicha de veroscuando os lo he rogado: sólo deseaba perdonaros mi muerte. A partir de ahorame veréis más a menudo que en el pasado. Recordad solamente que habéistardado tres años en llevarme dolorosamente a la tumba... Adiós, señorita...Hasta esta noche.Al acabar de decir estas palabras, que le costó un trabajo infinitopronunciar, expiró.Caroline, presa de horror, huyó precipitadamente. Su amiga usó todos losmedios posibles para calmar su extrema agitación. Caroline le suplicó quepasara la noche con ella. Dispusieron otra cama en la misma habitación, dejaronlos candelabros encendidos, y las dos amigas, como no podían dormir,estuvieron mucho tiempo hablando entre ellas. De repente, hacia lamedianoche, las luces se apagaron por sí solas. Caroline exclama con terror: —¡Ya está aquí! ¡Ya está aquí! —Su amiga, que sólo oye ahogados suspiros,seguidos de un profundo silencio, reúne sus fuerzas y llama arrebatadamente;acude la gente de la casa, intentan encender los candelabros, pero es inútil. Alcabo de un cuarto de hora, que transcurre en medio de mortales angustias,suena el reloj. Caroline lanza un profundo suspiro, como alguien que sale de unlargo sopor. Las velas se encienden solas; la gente de la casa se retira, yCaroline, con una voz agonizante, dice: —¡Ah! ¡Por fin se ha ido!—¿Lo has visto entonces?—Sí, y estoy totalmente segura de que cumplirá sus amenazas.—¡Y qué! ¿Te ha hablado?—Esto es lo que acabo de oír: durante tres años vendré todas las noches apasar un cuarto de hora con vos. Por lo demás, estad tranquila, no os haréningún daño; limito mi venganza a obligaros a ver cada noche a aquel a quienhabéis llevado a la tumba a causa de vuestra imprudente conducta.La amiga, que no sentía mucha curiosidad por ver repetirse la mismaescena, se negó a pasar las noches siguientes con Caroline, quien le reprochóque la abandonase a un vampiro. Las visitas nocturnas continuaron.Caroline, bella, rica, dueña de sus acciones, y con veintiún años, quisocasarse con la esperanza de alejar al fantasma; pero el rumor de las aparicioneshizo desistir a los pretendientes. Sólo uno, un gascón, llamado Señor deForbignac, se presentó y se ofreció como esposo. La necesidad le obligó aaceptar; pero al día siguiente de las bodas (sin que llegara a saberse cómo habíatranscurrido la noche) el gascón desapareció con la dote y muchas joyas que noformaban parte de ella.La amiga de Caroline, sensible a tantas desgracias, acudió junto a ella, laconsoló lo mejor que pudo y la llevó a un lugar donde concluyó tristemente supenitencia. Pasados los tres años, su vampiro le anunció al fin que ya no le veríamás; y cumplió su palabra. Una lección tan severa suavizó su carácter. Lamuerte del Señor de Forbignac, que tuvo la honestidad de no volver, dejó librea Caroline para que pudiera casarse de nuevo, y esta vez encontró un esposoque la hizo totalmente feliz._

estas imagenes las encuentras en nuestra galeria gotica


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vampiroa reales

vampiroa reales
Amantes de la oscuridad y merodeadores nocturnos. Los vampiros reales son hombres y mujeres que desarrollaron un especial gusto por la sangre. Humanos que tienen la utopía de convertirse en esos seres magníficos que gozan de vida eterna, esos seres de perpetua belleza y absoluto poder: Los vampiros Existen en la actualidad practicas sexuales relacionadas al vampirismo llamadas blood fetish. Uno de los integrantes de la pareja toma el control de la situación. Obtiene placer al atar a su pareja y realizar pequeños cortes sobre su piel para luego beber su sangre. Esta practica exige una ambientación especifica: un ambiente oscuro tenuemente iluminado por velas y música de carácter lúgubre, que remonta a épocas pasadas, mas relacionadas con el mundo vampírico.

mas k un ave ...mas k un angel obscuro...visitame.conoceme entra a mi dominio.

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la espera del vampiro

el clud de la media noche

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