Y POR QUé LO HICIERON
¿Por qué beben sangre? ¿Qué hay tras su obsesión? conoce vampiros reales y sus motivaciones, aquí.
La atracción que ejercen los vampiros puede llegar a ser sorprendente. Parte mito, parte realidad, estos seres nos acompañan hoy én literatura y cine, además de sorprendernos con su osura y misteriosa presencia.
Pero ¿Qué buscan estos seres? ¿Por qué beben sangre? No buscan la trascendencia, definitivamente. Beber sangre, además de abrir espirales hacia dimensiones extrahumanas, también puede tomarse simplemente como un placer. Así lo demuestran antiguos relatos.
Por ejemplo, en los Nibelungos, los guerreros de Hagen, atrapados por la reina Crimilda en una sala a la que prenden fuego, para apagar la sed ardiente provocada por el calor y recuperar vigor, beben la sangre de los cadáveres que han quedado espacidos por la sala.
Vampiros de la historia y sus motivos
La sangre es deseable en cuanto portadora de vida; es la auténtica fuente de la juventud, el mejor remedio contra la incurable enfermedad de la vejez, según un buen número de creencias que carecen del más mínimo fundamento.
Como elixir de la juventud, en efecto, fue utilizada por los dos criminales sádicos más famosos de la historia, Gilles de Rais y Erzsebet Bathory, que vivieron el primero en el siglo XV y el segundo entre el XVI y el XVII.
¿Por qué se hicieron famosos los criminales de Rais y Bathory?
De Rais, compañero de armas de Juana de Arco, empieza a utilizar la sangre de niños para investigaciones pseudoalquímicas, para encontrar la piedra filosofal que le concederá la longevidad.
Pero la pasión sádica prevalecerá en él y en sus castillos bretones mata a un número impreciso de niños (entre 140 y 800 según las fuentes).
La condesa Bathory por su parte, solía desangrar a jóvenes muchachas para prepararse baños tonificantes de sangre y para garantizar esas toilettes suyas, inmola al manos a 610 víctimas.
El implícito transtorno homosexual (ambos matan a infelices de su propio sexo), que a menudo está presente en las historias de vampiros propiamente dichas (no en las cinematográficas que, al contrario, nos han acostumbrado a un vampiro mujeriego), demuestra como las razones profundas del mito también tocan de cerca la esfera de la sexualidad.