EROTISMO GOTICO BREVE RELATO-
En los relatos góticos se advierte un erotismo larvado y un amor por lo decadente y ruinoso. La depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, aparecen en estos textos vinculados con lo oculto y lo sobrenatural. Algunos autores sostienen que el gótico ha sido el padre del género de terror, que con posterioridad explotó el fenómeno del miedo con menor énfasis en los sentimientos de depresión, decadencia y exaltación de lo ruinoso y macabro que fueron el sello de la literatura romántica goticista.
SEXO GOTICO CON MI PRIMER AMANTE
Las mujeres góticas expresamos el otro lado de nuestra alma, ese lado que guarda nuestros sentimientos más profundos.
Así como me fui dando cuenta que soy gótica, también me fui dando cuenta que estaba interesada en un compañero de trabajo
Pero al mismo tiempo pensaba que era una locura porque tengo 41 años y él 29 además de tener esposa y una amante de 19 años.
Una semana antes de navidad terminó con su amante y yo lo consolé en su tristeza.
Pero lo único que hice fue aumentar mi deseo.
Llegó navidad y me auto-regalé un nuevo celular con un número nuevo que él no conocía.
Aprovechándome de eso, le empecé a mandar mensajes de texto provocativos y como él es flor de putañero se enganchó enseguida sin sospechar remotamente quien era que se le estaba insinuando.
A la mañana siguiente le mandé más mensajes pero pasado el mediodía no me aguanté y le confesé quien era.
Al rato estaba en mi casa. Solo un paso después de la puerta de entrada y ya nos estábamos besando y sin dar tiempo ni a sacarnos la ropa, me agaché y se la empecé a chupar. Yo ya estaba excitada desde el primer mensaje que le había mandado y por primera vez en la vida tenía una calentura incontrolable. Por eso fue que sin más preámbulo, me sacó la poca ropa que tenía puesta medio a los tirones y dimos tres pasos hasta llegar al sillón, entre besos y caricias.
Cayó sentado y yo me le subí encima de frente a él y ahí me la metió toda .
Le pregunté si tenía forros y como no había traído le pedí que la metiera por el c.....
Así que me senté dándole la espalda, me puse gel y se me fue metiendo sola hasta que sentí que la tenía toda adentro. Lo cabalgué y lo cabalgué hasta que me llenó de leche y ahí pensé que ya estaría saciado y que se iba a poner tierno. Pero no podíamos para la excitación que estábamos viviendo y no nos dimos tregua. Se la chupé un poco y el me la chupó a mi y como si lo anterior no hubiese ocurrido me puse en 4 patas sobre el mismo sillón y otra vez me clavó por el c..... Esta vez duró más y me daba con fuerza. Yo le decía: “dámela toda”, “dame duro” y se ponía más enérgico y bombeaba con más ganas. Y otra vez se descargó bien adentro de mi . Allí ya estábamos muy acalorados y nos fuimos a duchar y aprovechando que estaba limpito se la chupé un poquito en la ducha. Luego tomamos sidra, justo sonó el teléfono. Mientras yo hablaba me empezó a besar el cuello y eso me puso a mil. Largué el teléfono sobre la mesa y allí apoyé mis manos, me incliné y otra vez más me entró por atrás. Me dio bomba hasta que le temblaron las piernas y allí si, decidimos darnos una pausa.
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Ya iban como 2 horas de pura matraca. Hablamos un rato de cosas íntimas hasta que me dijo que se tenía que ir.
Entonces le pedí que me cogiera una vez más. Del sillón bajé a la alfombra de living, me acosté boca arriba y me puse un almohadón bajo la cadera y en posición misionero me clavó por cuarta vez en esa hermosa tarde de diciembre. Cuando estaba por acabar la sacó, se paró sobre mí y me roció los pechos con su leche. Yo le pedí que me limpiara con su lengua y se chupó todo ese jugo con el que me había bañado. Poco después me enteré que había comentado que yo la chupaba muy bien y que nunca jamás se había cogido a una mujer 4 veces por el c---y yo me sentí tremendamente emocionada porque hasta ese día siempre había pensado que era torpe para el sexo y que nunca iba a poder conmover así a un hombre. Desde ese día me sentí más segura de mi misma porque un despliegue así me permitió expresar ese otro lado de mi alma que estaba oculto por mi rol de madre, esposa y mujer trabajadora. Ustedes se preguntarán si pensé en mi marido, en mis hijos o si pensé que me podía contagiar alguna enfermedad ETS. Claro que no pensé en nada. Solo me importó ser la mujer más feliz del mundo por una tarde. Nunca jamás había vivido y sentido algo así y no creo que vaya a poder vivir nunca algo tan intenso.